Zona del Crimen: La tragedia del vuelo 007 que aún en Lara no se olvida

Hace 42 años, Barquisimeto fue testigo de una de las tragedias aéreas más impactantes de la historia de Venezuela. El vuelo 007 de Avensa que cubría la ruta Caracas-Barquisimeto, al momento en que estaba por aterrizar se salió de la pista del Aeropuerto Internacional Jacinto Lara y explotó después del aterrizaje, dejando un saldo de 23 muertos y 27 sobrevivientes.

Esa mañana, todo el vuelo transcurrió con normalidad. Lo que era una alegría para muchos porque estaban llegando a su destino, se convertiría en segundos en una tragedia y dolor para muchas personas.

Algunos sobrevivientes del vuelo contaron que se escucharon gritos, explosiones y a los segundos observaron llamas. Quienes pudieron se mantuvieron de pie y algunos ni esperaron que se activaran los toboganes de emergencia y saltaron de una altura de unos tres metros.

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En el vuelo 007, el avión se salió de la pista y explotó durante el aterrizaje

Mientras que otro grupo del vuelo usó los toboganes para poder salir y huir de las llamas que iban consumiendo en su totalidad el avión que llevaba a 45 pasajeros y cinco personas de tripulación.

El trágico accidente fue observado por numerosas personas que se encontraban en el aeropuerto. Fueron testigos de cómo el avión apareció entre la espesa neblina y es que entre algunas personas había duda de si se iba a dar el aterrizaje por el mal tiempo.

Eran apenas las 7:00 de la mañana del 11 de marzo de 1983. El vuelo 007, conocido como «el madrugador», se aproximaba. Desde la sala de espera presenciaron cómo el aparato realizaba un aterrizaje forzoso, moviéndose de un lado a otro. En ese instante, el pánico se apoderó de las personas, pues sus familiares viajaban a bordo.

El avión estaba en llamas. A los pocos minutos comenzó a llegar una comisión de los bomberos para tratar de sofocar el incendio y rescatar a las víctimas.

En ese momento de angustia y dolor, algunos de los sobrevivientes gritaban y eran trasladados a centros de salud cercanos.

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Las cajas negras fueron analizadas en EE.UU.

Se conoció que José Albornoz, capitán de la nave para ese momento, rompió la ventana para poder escapar de las llamas y no morir.

Él junto al copiloto David Vicente Russo fueron trasladados a la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda. Ambos presentaron lesiones en su cuerpo, pero fueron parte de los 27 sobrevivientes.

Entre los que perdieron la vida se encontraba el narrador deportivo de Venezolana de Televisión, Luis Enrique Arias, que por años fue comentarista del circuito radial de Cardenales de Lara. La azafata Isaura Arias, también murió.

Entre los sobrevivientes figuraron tres diputados al parlamento nacional: Germán Lairet, Juan Medina Lugo y Luis Delgado.

La noticia sobre el accidente fatal fue dada por una emisora de radio en Barquisimeto y puso en alerta a muchas personas, quienes decidieron trasladarse hasta el aeropuerto porque no había mayores detalles.

La torre de control dominaba la información precisa que el avión siniestrado era un McDonnell Douglas DC-9 serie 32, con las siglas YV-67C de Aerovías Venezolana (Avensa) construido en 1967.

Un par de horas después del accidente, al menos 12 cadáveres ya habían sido reconocidos en la morgue por parte de sus familiares.

¿Qué ocurrió en Lara tras ese vuelo?

Las personas que estaban en el lugar de los hechos se preguntaban una y otra vez ¿qué pasó?, y esta era una de las interrogantes que también se hacían los sobrevivientes, pues aseguraban que el vuelo desde que salieron de Maiquetía se mantuvo sin problemas.

Algunos culpaban a la densidad de la capa oscura que había en el cielo, otros aseguraban que fue mal aterrizaje.

Periodistas para esa época trataron de entrevistar al capitán en el Hospital Central, pero no pudo ser posible, pues trabajadores de Avensa se lo prohibieron.

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Los pilotos fueron condenados a prisión

Mientras que el copiloto aseguró a los medios de comunicación que existía normalidad cuando aterrizaron guiados por sistemas instrumentales, debido al llamado «techo bajo» que existía para ese viernes por la mañana.

«Estaba pequeña cuando ocurrió el accidente. Se escuchó un estruendo, no sabíamos qué pasaba y fue cuando colocamos la radio que nos enteramos de ese accidente. Esos días Barquisimeto estuvo en silencio por las víctimas», dijo María Méndez, vecina de una zona aledaña al aeropuerto.

Las investigaciones por parte del Transporte Aéreo se iniciaron para dar con las causas del accidente que enlutó a 23 familias.

Dos días después, las investigaciones adelantaban que ninguna falla mecánica era la causante del siniestro aéreo. Luego de una intensa averiguación, los técnicos y expertos dieron con un resultado y era que todo indicaba que se trató de fallas humanas.

No obstante, los expertos aseguraron que una de las cosas que sí estaban claros es que la visibilidad en el aeropuerto, en el momento del accidente, era mínima y esto había sido informado a los pilotos de la nave a través de control de aproximación.

Al obtener los resultados del siniestro, el capitán Albornoz y el copiloto Russo fueron acusados por la justicia venezolana de desastre culposo y negligencia. Se supo que a los dos hombres los condenaron a 15 años de cárcel, además de la suspensión de la licencia de vuelo.

Ese año, Aeronáutica Civil destacó la actuación inmediata de los bomberos, indicaron que el avión no hizo explosión a pesar de que tenía cuatro mil libras de combustible en un plano y cinco mil libras en otro. Que según las estadísticas, con esa cantidad de combustible, la nave debió explotar a los dos minutos de haberse producido el accidente.

Entre los sobrevivientes, muchos quedaron marcados por las heridas y el trauma de la tragedia. El accidente conmocionó a todo el país, dejando cicatrices imborrables en las familias de las víctimas. 42 años después, el recuerdo del vuelo 007 sigue vivo en la memoria de Barquisimeto.

Cajas negras del avión fueron sometidas a análisis

Las cajas negras del avión de Avensa fueron llevadas por técnicos venezolanos a Estados Unidos para ser sometidas a un análisis.

Fernando Curiel, quien era el director de Aeronáutica Civil para ese año, explicó que las cajas negras serían trasladadas a revisión y explicó que una de las cajas tenía grabada la conversación de los pilotos con los controladores de tráfico aéreo en la torre de control.

Además, sostuvo que la otra caja registraba las maniobras del avión media hora antes del descenso.

«Esta investigación es fundamental para la reconstrucción definitiva del accidente», dijo en ese momento el director de Aeronáutica Civil.

Es de resaltar que las cajas negras de los aviones son dispositivos de grabación que registran información vital sobre el vuelo. Son importantes porque ayudan a esclarecer las causas de un accidente aéreo y a mejorar la seguridad en la aviación.

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