Los venezolanos amanecieron este martes 25 de febrero con el repique de las campanas en las iglesias como señal de alegría y fecha histórica. La noticia más esperada por los católicos desde hace más de 79 años fue confirmada: «El papa autoriza la canonización del venezolano José Gregorio Hernández Cisneros», reza un comunicado del Vaticano. Aún convaleciente de salud e internado en el hospital Gemelli de Roma, el sumo pontífice aprobó decretos para elevar a los altares a dos laicos: el médico venezolano y a Bartolo Longo, de Italia. Además decretó la beatificación de otras cinco personas.
«El papa Francisco ha aprobado los votos favorables de la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos del Dicasterio para las Causas de los Santos para la Canonización del Beato José Gregorio Hernández, fiel laico, y ha decidido convocar en los próximos meses un consistorio de cardenales… Este histórico acontecimiento es un reconocimiento a la vida ejemplar y a las virtudes heroicas de un hombre que dedicó su existencia a aliviar el sufrimiento humano y a transmitir un mensaje de amor y esperanza», informó la Conferencia Episcopal Venezolana a las 7:00 a.m.
El pueblo de Isnotú, en el estado Trujillo, cuna del «médico de los pobres», estaba pletórico. El padre José Magdaleno, párroco de la iglesia Santuario Niño Jesús, indicó que desde su muerte el 29 de junio de 1919 en Caracas, los venezolanos tenían certeza de su santidad.
«Damos gracias a Dios, porque él ya está en los cielos. Todos sabíamos eso, pero faltaba que la iglesia diera ese paso. Ahora lo tenemos como un testigo de fe, y ya oficialmente el mundo puede pedir por la intercesión de José Gregorio Hernández ante Dios. Le pedimos por tanta necesidad que tenemos en nuestra patria, en nuestras familias, por los que están fuera del país. El nuevo santo de la Iglesia católica hizo mucho por Venezuela y ahora pedimos que lo siga haciendo», expresó el presbítero, quien comunicó que el martes a las 2:00 p.m. realizaron una misa en Isnotú, auspiciada por el obispo del estado, monseñor José Fernández Angulo.
Para ser canonizado se requiere que la Congregación para las Causas de los Santos haya confirmado un segundo milagro. El primero fue registrado en el estado Apure, en 2017, a la niña de 10 años Yaxury Solórzano, que motivó su beatificación el 30 de abril de 2021. Del segundo milagro, la santa sede no ha dado mucha información, sólo que se trata de otro venezolano residenciado en Miami, Estados Unidos.
Modelo a seguir
El proceso de canonización de José Gregorio Hernández se desarrollará en Roma, en el Vaticano, y aunque la fecha no está definida, medios internacionales han dicho que podría ser a finales de 2025. También el clero en Venezuela anunció una misa solemne para el día que sea elegido, que se realizará en Caracas, en la iglesia La Candelaria, donde están sus restos.
Canonizar es proclamar solemnemente que un fiel ha practicado heroicamente las virtudes y ha vivido en la fidelidad a la gracia de Dios. La iglesia reconoce el espíritu de santidad y sostiene la esperanza del resto de los fieles, proponiendo a los santos como modelos e intercesores.
La devoción por el ilustre trujillano que ofreció su vida profesional al cuidado de la salud de los más pobres en Venezuela, a la investigación científica, la enseñanza y a vivir de la oración, comenzó hace 105 años, el 30 de junio de 1919, cuando más de 10 mil personas acompañaron su féretro, entre lágrimas de amor y gratitud hasta el Cementerio General del Sur en Caracas, por haber sido un ejemplo de ciudadano y hombre bueno.
Ese mismo día, el pueblo tuvo la convicción de que José Gregorio Hernández era el santo de los pobres y su popularidad se extendió a cada rincón del país.
En el Santuario de Isnotú ya no caben las placas y reliquias, que en agradecimiento los fieles le han dejado convencidos de que el médico les hizo un milagro. En 1949 comienza la causa para buscar su canonización, introducida ante la santa sede por monseñor, Lucas Guillermo Castillo. A partir de ese momento se le consideró «siervo de Dios». En 1986, el papa San Juan Pablo II lo declaró «Venerable», reconociendo sus virtudes heroicas. Y el 30 de abril de 2021, el papa Francisco decretó que José Gregorio Hernández fuera beato. La ceremonia se hizo en Caracas a puertas cerradas por la pandemia del coronavirus.
Hallazgos inexplicables en torno a la canonización
El doctor Alexander Krinitzky Pabón, neurocirujano, fue entrevistado ayer en Caracol, una televisora de Colombia, en donde contó cómo fue el primer milagro que el Vaticano reconoció para declararlo beato e ingresar su imagen a las iglesias venezolanas.
Recordó cómo en una noche de 2017, la niña de 10 años, Yaxury Solórzano, se encontraba con su papá en un camino rural del estado Apure, y unos hombres intentaron robarlos. Su padre reaccionó acelerando la moto y la niña recibió un impacto de escopeta de perdigón a muy corta distancia. De allí empezó una travesía para que lograra recibir atención médica. Tuvieron que atravesar un río en canoa, montar a caballo, luego con un vehículo rústico trasladarla al Hospital Acosta Ortiz de San Fernando de Apure, para que ocho horas después la viera un pediatra. El hospital no tenía neurocirujanos.
Krinitzky estando en Caracas fue llamado para ayudar en el caso. El diagnóstico inicial era lamentable: «Paciente con herida contaminada por fragmentos de metales, un cerebro destrozado, desvitalizado, con pérdida de masa encefálica y ensangrentado». Contó el galeno, quien tardó 36 horas en llegar a Apure a atender a la niña y al hacerlo procedió a operarla para limpiar el área afectada.
«Nosotros sabíamos que era muy difícil que sobreviviera y si lo hacía estábamos convencidos que las secuelas neurológicas serían graves, iba a quedar ciega y probablemente en estado vegetal», describió. Al momento de su intervención quirúrgica, la madre de Solórzano, Carmen Ortega, comienza a pedirle desde la capilla del Hospital a José Gregorio Hernández para que intercediera ante Dios y su hija se salvara. La madre contó que sintió la presencia del médico de los pobres, quien la abrazó y la tranquilizó diciéndole que todo iba a estar bien.
El equipo médico vio cómo Yaxury estuvo cinco días en cuidados intensivos y a partir del sexto día comenzó a evolucionar y ocurrió algo inimaginable: la niña comenzó a caminar a partir del décimo día sin registrar secuelas cognitivas. Krinitzky sabía que estaba en presencia de una recuperación médica inexplicable. Su caso, dos años después llegó al Vaticano y fue comprobado el milagro en 2021.
