Tertulias de Café/ Maximiliano Pérez

 

“Entre Cardones y Tunas”

Maximiliano Pérez Apóstol.

Al árbol debemos solícito amor

Jamás olvidemos que es obra de Dios

Al árbol debemos solícito amor

Jamás olvidemos que es obra de Dios

El Árbol da sombra, como el cielo fe

Con flores alfombra su sólido pie

Sus ramas frondosas aquí extenderá

Y frutos y rosas a todos dará

Al árbol debemos solícito amor

Jamás olvidemos que es obra de Dios

Al árbol debemos solícito amor

Jamás olvidemos que es obra de Dios

Él es tan fecundo rico sin igual

Que sin el mundo sería un erial

No tendría palacios el hombre, ni hogar

Ni aves los espacios, ni velas, ni mar

Al árbol debemos solícito amor

Jamás olvidemos que es obra de Dios

Al árbol debemos solícito amor

Jamás olvidemos que es obra de Dios

Ni santuario digno para la oración

Ni el augusto signo de la redención

No existirían flores ni incendio ni unción

Ni suaves olores que ofrendar a Dios

Al árbol debemos solícito amor

Jamás olvidemos que es obra de Dios

Al árbol debemos solícito amor

Jamás olvidemos que es obra de Dios.

No sé si todavía reverencian con este Himno al Árbol, escrito por Alfredo Pietri y música de Miguel A. Granado, al ser vivo. productor de agua y de oxígeno que refrigera al ambiente más que decenas de aparatos de aires acondicionados, nos da flores, frutos, maderas y sirve de albergue a diferentes especies de animales.

Yo lo aprendí en primaria y me enseñó a quererlos, a valorarlos a cuidarlos, son seres vivos y hay quien asevera que sienten y se quejan cuando son agredidos por las motosierras y/o por la candela.

No entiendo como la funesta inteligencia de algunos seres humanos atentan contra los preservadores de la vida.

La deforestación en el semiárido traerá consecuencias, la falta de cobertura vegetal por la tala, deja el suelo expuesto a la acción del viento y la lluvia, lo que provoca erosión y pérdida de fertilidad, hasta condenarlo a la desertificación, un proceso que convierte áreas productivas en desiertos, además la pérdida de bosques nativos afecta el ciclo hidrológico, reduciendo la disponibilidad de agua tanto para el consumo humano como para la agricultura y la ganadería

La cosecha de aguas, que implica la recolección y almacenamiento de agua de lluvia y escorrentía, se presenta como una estrategia vital para garantizar la disponibilidad de agua para la agricultura, la ganadería y el consumo humano. La construcción de terrazas, zanjas de infiltración y reservorios permite aprovechar al máximo el agua disponible, reduciendo la dependencia de fuentes externas y fomentando la resiliencia ante la sequía.

Es legalmente obligatorio investigar exhaustivamente las causas de la devastación de estas zonas, que incluya la deforestación indiscriminada, para la producción de carbón vegetal y su exportación.

El semiárido larense es un ecosistema frágil, con bosques xerófilos, y una biodiversidad adaptada a condiciones extremas, que conforman un cuadro de belleza agreste. Esta armonía ancestral se ve perturbada por una actividad que promete riquezas a corto plazo, pero que deja una huella imborrable por la imposibilidad de su recuperación.

El subsuelo larense contiene vastas reservas de carbón, un mineral codiciado por su alto valor energético. Según los expertos en la materia, la posibilidad de ganancias rápidas ha atraído el interés por explotar este recurso, sin importar el costo ambiental, desencadenando una presunta vorágine de deforestación, contaminación y destrucción de hábitats.

El semiárido larense es un ecosistema sumamente sensible. La extracción de carbón implica la remoción de capas vegetales, lo que expone el suelo a la erosión y reduce su capacidad de retención de agua. Además, los desechos mineros contaminan los ríos y acuíferos, poniendo en peligro la vida de numerosas especies.

La fauna y flora autóctonas, adaptadas a vivir en condiciones extremas, se ven desplazadas o extinguidas. Los bosques xerófilos, refugios de una gran variedad de aves y reptiles, son talados sin piedad.

Una parte significativa de este ecosistema está protegido por la ley, formando parte del “PARQUE NACIONAL CERRO SAROCHE” y de otras áreas amparadas por la legislación ambiental. Sin embargo, las presiones económicas y la falta de control han permitido que la minería ilegal se expanda por éste territorio.

Es necesario implementar la Constitución Nacional, las leyes y sus reglamentos a fin de parar la destrucción de la biodiversidad.

Llevo décadas insistiendo en que, es necesario e imprescindible la elaboración y ejecución de un plan de recuperación integral que contemple la reforestación con especies nativas, la restauración de suelos degradados, el manejo sostenible del agua y la promoción de prácticas agrícolas y ganaderas respetuosas y protectoras del medio ambiente.

Es nuestro deber como venezolanos proteger al ambiente, como patrimonio natural para las generaciones futuras.

“Los cujíes y los cardones son los soldados que dicen al desierto hasta aquí llegaste.”

Prof. Octavio Jiménez.

 

LA

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