La cifra de personas afectadas por el gran terremoto de magnitud 7,7 que afectó varios países de Asia este viernes 28 de marzo ha aumentado tras cuatro días de contabilización, según establecen medios oficiales de Birmania. Min Aung Hlaing, jefe de la junta militar de Birmania, dijo en una llamada con el primer ministro de Malasia que la cifra de personas fallecidas estaba en 2.056, mientras que los heridos eran unas 3.900 personas.
En los países más afectados, Birmania y Myanmar, las tareas de rescate han entrado a un período crítico para poder localizar sobrevivientes, en especial en lugares en donde hubo derrumbes masivos.
Han sido pocos los comunicados de la junta birmana acerca de la situación en su país y de las tareas de rescate en este. A pesar de ello, medios independientes de la región, como la agencia de noticias Mizzima, sugieren que la cifra aproximada debería de rondar unas 3.000 personas fallecidas, causadas por dicho sismo, que ha tenido diversas réplicas desde entonces.
Consecuencias de la devastación causada por el terremoto
Llegar a las zonas más afectadas ha sido todo un reto para agentes y organizaciones avocadas a la ayuda, según ONG de ayuda internacional, especialmente en las ciudades de Mandalay y Sagaing, ambas cercanas por unos 17 kilómetros al epicentro del sismo.
Este ha sido el terremoto más fuerte en tocar Birmania en décadas, y también sacudió con intensidad a Bangkok, dejando una cifra de 18 fallecidos, causado por el derrumbamiento de un rascacielos en obras. Todavía hay decenas de personas desaparecidas entre los países afectados asiáticos, incluyendo a la provincia meridional china de Yunnan.
Mandalay está siendo percibido como uno de los lugares más afectados, con complicaciones para saber el verdadero alcance de la tragedia, debido a la dificultad de acceso y cortes de internet y telefonía. Únicamente en esta región, hay más de 700 fallecidos, según la junta militar de Birmania tras una visita el día sábado.
Mientras tanto, en Sagaing la situación está siendo caracterizada por una incertidumbre aún mayor, se prevee que alrededor del 70% de la ciudad está destruida, establece la Cruz Roja de Birmania.
