Como una medida de protección escolar, los especialistas en rescate no descartan la posibilidad de que ocurran eventos naturales, más aún por la proximidad de la Falla de Boconó a Barquisimeto. Por ello, se exhorta a los directivos de los planteles a familiarizar a sus estudiantes y personal con la educación sísmica, desarrollar planes de emergencia y conformar brigadas. Esto, con el fin de prevenir los efectos de daños estructurales en edificaciones no sismorresistentes.
Se extiende el llamado a las instituciones y sus directivos para que inicien las evaluaciones iniciales, con el fin de analizar los posibles riesgos. Posteriormente, se recomienda elaborar un plan de contingencia para identificar los peligros y aplicar las Normas Covenin. El ingeniero Augusto Navas, ponente en la IV Jornada de Prevención Sísmica «Lermit Figueira», celebrada ayer en el Colegio María Auxiliadora, destacó la importancia de este plan de anticipación. En dicha jornada, se hizo hincapié en la necesidad de conocer la cultura de riesgo y de actualizar los estudios de microzonificación que abarcan Barquisimeto y Cabudare.

Son aspectos que evitan el caos en estas situaciones, porque se trata de evitar caer en pánico y más aún al considerar que en una escuela se debe garantizar la seguridad de los niños, cuya edad los hace más vulnerables a estos eventos naturales.
Protección escolar es clave para los niños
Según el mayor de Bomberos, Edixon López Cuicas, coordinador de la Federación Venezolana de Búsqueda y Rescate (Fevesar), se deben tomar previsiones porque Lara fue incluida en el informe del Plan Integral para la Gestión de Riesgo en 2014, levantado por la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) por la Falla de Boconó que afecta principalmente las riberas del Talud Sur (corresponde desde El Garabatal hasta Yacural) en Barquisimeto, teniendo los socavamientos en la avenida Uruguay, y por allí hay varias escuelas.
Son estudios que deben tener continuidad, seguimiento, porque son áreas más propensas a que se repitan sismos de la magnitud, como el terremoto ocurrido en 1812, dejando miles de muertos y destrucción material, además en El Tocuyo en 1950, Cariaco en 1997 con más de 70 fallecidos, entre otros.
López explica que conociendo esas posibles amenazas se pueden analizar con detenimiento las construcciones de los planteles educativos, evitando aquellas de tipo «cajón», que son menos resistentes. Son unidades que necesitan ser reforzadas en sus paredes y vigas. Además de la rápida identificación de las zonas de evacuación.
Coinciden en las medidas de prevención en el sistema educativo, para saber cómo actuar durante una emergencia, ubicar los lugares más seguros, conocer las salidas y tener la familiaridad con los organismos de rescate para realizar los simulacros de desalojo con los primeros auxilios.