Los padres y docentes entienden las bondades del hábito de lectura en los niños, al fomentar la curiosidad porque no sólo les permite desarrollar el vocabulario, sino profundizar más allá del imaginario y crecer con madurez. Son atrapados por publicaciones con llamativos colores y la posibilidad de pintar, tipografía fuera de lo convencional y el lenguaje acorde a la edad para las diversas historias.
Ese futuro lector se forja desde pequeño y lo confirma Betsaide Ochoa, desde la Librería El Clip, que arribó a sus 50 años y tienen prevista visitas guiadas en abril, considerándolo como el mes del Libro y del Idioma. Indica que luego de la pandemia por covid-19, se había perdido el hábito de lectura, pero durante los últimos dos años los padres han retomado el valor de esta actividad para involucrar a sus hijos.

«Se valora al libro como una actividad tan completa, con aportes en vocabulario, fomenta la creatividad a través del imaginario y fortalece la concentración, despertando más capacidades cognitivas», dice Ochoa, además detalla que se involucran los padres en este plan de lectura, teniendo como meta un libro por mes y tal como lo vienen haciendo desde hace cinco años con el Club de Cliperto, despertando el interés por la lectura inicial.

Es una dinámica tan divertida, porque trabajan con grupos a partir de los 5 años de edad y se dividen de acuerdo al ritmo de cada uno. Les asignan un cuento que se llevan a su casa y tienen las asignaciones de avanzar. Al volver a reunirse, suelen discutir al respecto e incluso plasmar la ilustración.
Hábito de lectura inicia con textos cortos
Al consultar a libreros de la plaza Pedro León Torres, conocida como La Moneda, Gonzalo Amador y Humberto Gutiérrez coinciden que les solicitan cuentos como El Principito, Campanita, Blanca Nieves, Pinocho, entre otros clásicos y así como la Biblia ilustrada, donde aprenden a acercarse a Dios y conocer los principales personajes.
No hay excusa de limitaciones económicas para no incentivar el hábito de lectura, porque se valora el libro como fuente de conocimientos. Los precios se ajustan a cualquier presupuesto, a partir de 3 a $20.
