El gremio docente considera que al cierre del primer momento académico en las etapas de primaria y secundaria, los padres deben tener mayor compromiso para apoyar a sus hijos en refuerzo en lectoescritura y matemáticas, así como otras ciencias. Indican que prevalece esta deficiencia que propicia los riesgos del deficiente desarrollo en motricidad fina, ortografía y capacidad de análisis.
Reconocen que se mantiene el horario flexible, debido a limitaciones laborales o de infraestructura, y algunos docentes con temores al asignar tareas, cuando se encuentra en controversia la regularización, como lo anuncia el Ministerio de Educación. Pero la familia tiene un rol significativo en la preparación del alumno, con el apoyo de posibilidades que permitan mejorar el rendimiento académico.
«Es preocupante cuando se prolonga esta falla y sólo se piensa en cumplir un compromiso», señala Laura Igarra, presidenta del Colegio de Licenciados de Educación en Lara, ante casos que son aprobados en función del tiempo y sin pensar en nivel de competencias de un alumno que no pueda comprender, analizar e investigar, junto al agravante que le impide redactar y hasta escribir a mano con rapidez, porque ni siquiera se cuenta con tal destreza física en la muñeca.
Lectoescritura en familia
Para Luis Arroyo, titular de Colegio de Profesores de Lara, se puede contribuir aún más cuando se crean los hábitos de leer y escribir en la familia, y el respeto a valores como la disciplina y la responsabilidad del niño. «Con la exigencia y supervisión permanente en el hogar se puede recuperar la lectura y el análisis crítico de las ciencias», precisa.
Las nivelaciones pueden ser solicitudes del propio estudiante, así como el impulso de docentes que apliquen estrategias lúdicas para garantizar la comprensión en el aula.
Coinciden en que las asignaciones sirven de refuerzo para practicar, investigar e inventar, las cuales no deberían afectar al niño ni a sus papás al tener al menos una semana para su elaboración. Todo es cuestión de organizarse.
