Los países europeos de la Otan, más Canadá, han decidido aumentar la ayuda militar a Ucrania y también las sanciones económicas a Rusia para que el gobierno de Kiev pueda negociar con Moscú «desde una posición de fortaleza», tal y como ha declarado este domingo 2 de marzo el primer ministro británico, Keir Starmer, después de la cumbre de urgencia que reunió en Londres a los jefes de Estado y de Gobierno de 15 países aliados de Ucrania (Reino Unido, 12 países de la UE, Canadá y Turquía).
El premier anunció, además, que Reino Unido dará una nueva ayuda a Kiev para comprar más de 5.000 misiles.
Es un acuerdo en cuatro fases, que deberá ser presentado a Estados Unidos y que Washington deberá avalar.
En este momento, es una incógnita saber si eso sucederá, dado el clima de enfrentamiento personal entre el gobierno de Donald Trump y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, retransmitido en directo al mundo en la trifulca verbal del Despacho Oval del jueves, reseña “El Mundo”, de España.
Señales de Zelenski… y de Trump
Zelenski ha dado señales en las últimas horas de que quiere recomponer la situac
Y, en un mensaje absolutamente inesperado en su red social Truth, Donald Trump colgó este mismo domingo una columna publicada en la prensa estadounidense que parecía declarar que estaba dispuesto a reabrir las negociaciones con Kiev para un acuerdo sobre la explotación de las minas de ambos países.
Frente a los caóticos mensajes de Trump, el acuerdo alcanzado en Londres tiene cuatro puntos muy claros, aunque sin ningún compromiso específico por las partes.
Dos de esos puntos son los pasos previos a la negociación, y se pueden resumir en un aumento de la ayuda militar y económica europea a Ucrania, de manera que ese país pueda, en palabras de Starmer, «situarse en la posición de la mayor fortaleza posible», de modo que «pueda negociar [con Rusia] desde una posición de fuerza».
Los dos últimos puntos son acerca de la aplicación del acuerdo de paz, o, como afirmó Starmer, «garantizar la paz cuando ésta llegue», lo que significa una clara referencia a que, al menos en teoría, Europa no tiene prisa por alcanzar un cese de los combates a cualquier precio (siempre que Ucrania pague el coste), como quiere Estados Unidos.
Claridad del primer ministro británico
El jefe del gobierno británico fue muy claro en este aspecto.
«Tenemos que aprender de los errores del pasado», sentenció, antes de afirmar que «no podemos esperar un acuerdo débil como el de Minsk», en referencia al pacto forzado por Alemania y Francia sobre Rusia y Ucrania en 2014, que Moscú nunca cumplió y que «rompió fácilmente».
Esas medidas para mantener la paz incluyen, en primer lugar, garantías de seguridad a Ucrania de que será defendida en caso de una tercera invasión rusa o de intentos de desestabilización por parte de Moscú; el entrenamiento y modernización de las Fuerzas Armadas ucranianas, y la creación de una «coalición de voluntarios», que tendrá fuerzas militares desplegadas en territorio ucraniano. para, llegado el caso, defenderlo, lo que significaría una guerra con Rusia.
Starmer volvió a repetir el compromiso británico a enviar soldados a Ucrania al afirmar que pondría en esa fuerza «botas en el terreno y aviones en los cielos».
Concesiones a Rusia y a Estados Unidos
El acuerdo contiene una serie de concesiones a Rusia y a Estados Unidos, y supone una rebaja explícita de las posiciones de Zelenski: La entrada en la OTAN ni se menciona, y lo mismo ocurre con la restitución a Ucrania de los territorios perdidos en las guerras de 2014, primero, y en la que lleva ahora librándose desde 2022.
Aparte, está la cuestión de los detalles.
Así, Starmer no explicó cómo va a Europa a endurecer las sanciones a Rusia, en un momento en el que las empresas alemanas han encontrado un coladero en Asia Central y el Cáucaso para exportar desde allí a Rusia, eludiendo las medidas impuestas a Moscú, mientras que los armadores griegos mantienen una flota de petroleros fantasma que comercializa crudo ruso en todo el mundo.
El panorama se complica aún más si se tiene en cuenta que Alemania está en recesión debido en buena medida al final del gas natural ruso, que Moscú le vendía a un precio secreto, inferior en más de un 50% al del mercado internacional.
A eso se suma la gran incógnita de Estados Unidos. El plan europeo, que debe ser refinado en una cumbre próxima, según declaró el primer ministro británico, será presentado a Trump para que éste dé su visto bueno.
Ajá… ¿Y…?
El problema es que lo pactado en Londres choca directamente con lo que Washington está haciendo. Estados Unidos está negociando directamente con Rusia, por encima de Europa y, sobre todo, de Ucrania.
Así pues, parece improbable que un gobierno ultranacionalista como el de Trump vea con buenos ojos un plan diferente al suyo, pactado por un grupo de países por los que siente desprecio y con el input de uno -Ucrania- al que detesta, para, además, imponer condiciones duras a un líder mundial por el que siente devoción: Vladimir Putin.
Y hay algo más…
Pero es que hay todavía algo más: Sin Estados Unidos, todo esto que se ha negociado en Londres no servirá de nada. En primer término, porque, si se despliegan soldados europeos en Ucrania, éstos van a tener que estar bajo la protección del paraguas nuclear estadounidense.
De lo contrario, estarán a merced de una potencia nuclear, Rusia, que ya amenazó con usar armas atómicas en Ucrania en septiembre de 2022.
En aquella ocasión, sólo las advertencias del gobierno de Joe Biden disuadieron a Moscú.
Ahora, de los países que intervendrían en el acuerdo de paz de Ucrania, sólo Reino Unido y Francia tienen armas atómicas, pero sus arsenales son relativamente pequeños y no parecen estar en buen estado operativo, sobre todo el francés.
De todos modos, ¿Quién en Europa estaría dispuesto a ir a una guerra atómica por Kiev?
Acaso por esa razón, Starmer recalcó este mismo domingo que «este esfuerzo debe tener un apoyo vigoroso de Estados Unidos, que sigue siendo un aliado fiable».
El próximo jueves 6 de marzo, la UE puede decidir una fuerte inversión en su defensa y en la cooperación con Kiev, en lo que sería el primer paso hacia la construcción de la defensa europea.
Fuente: Versión Final
Gráfica: Referencial
RG
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