Un censo realizado a 1.200 árboles por estudiantes de los tres últimos semestres de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la UCV en Barquisimeto, reveló que el neem (Azadirachta indica), es una de las especies más abundantes en las aceras e islas del centro y este de la ciudad. El estudio abarcó cuatro ejes urbanos en las avenidas: Lara, Los Leones, Los Abogados y Pedro León Torres, a la altura del Cementerio Bella Vista.
La proliferación de esta especie representa un problema, ya que el neem es considerado un árbol invasor, es exótico y proviene de la India y comenzó a sembrarse de manera masiva en Venezuela en los 90, porque se reproduce rápidamente en las regiones tropicales y semiáridas, ya que no requiere mucha agua. Puede alcanzar entre 12 y 15 metros de altura, da abundante sombra, pero sus raíces generan daños en aceras, calles e incluso en los sistemas de drenaje, lo que deteriora la infraestructura urbana.
Este trabajo fue para cumplir con el servicio social comunitario. Forma parte del proyecto “Colores y Jardines” que la UCV comenzó con un censo en Caracas. Y su principal propósito es destacar la importancia de los árboles en los espacios urbanos porque permiten la regulación de la temperatura, la mejora del microclima y la absorción del ruido en las urbes. Además de ser refugio de flora y fauna, los árboles ayudan a mitigar los efectos del cambio climático.
“Los estudiantes hicieron fichas técnicas para cada uno de los ejemplares encontrados en las que está plasmada toda la información arrojada de la data por edad, su mantenimiento, cómo está la salud de cada árbol, el tipo de especie, de un total fueron 52 registradas. Y si el ejemplar tenía algún tipo de afectación con las aceras, con las avenidas, con el cableado o con algún tipo de elemento urbano dentro de la ciudad.
La mayoría de las especies que fueron plantadas en Barquisimeto, son neem, es una especie invasora o invasiva, dentro de la ciudad, pues ha estado causando bastantes problemas”, explicó Alessandra Rangel, arquitecta y tutora de este proyecto.
Afirma que encontraron especies muy importantes de hasta 200 años de edad que forman parte del patrimonio urbano y se deben proteger. También hallaron especies que han tenido una mala poda a lo largo de los años. Eso ha causado un desequilibrio porque tienen raíces muy grandes para el tamaño de las aceras construidas. Por su estado, muchos terminan desplomándose cada vez que se registran ráfagas de vientos o fuertes lluvias.
Árboles que abundan
Entre las especies vegetales que más predominan en los ejes urbanos de la ciudad, se encuentra apamates (Tabebuia rosea), flamboyán (Delonix regia) y los chaguaramos enanos
(Roystonea oleracea). La arquitecta Rangel destaca que dentro del Country Club Barquisimeto está un Samán de Güere que tiene más de 100 años y sus hijos están en los alrededores del Parque Zoológico y Botánico Bararida.
Determinaron la cantidad de árboles muertos que hay en algunas aceras, los que se encuentran con una especie de plaga u hongo, los que han sido mal podados, o los que están sanos y jóvenes. Y hacen recomendaciones a la Alcaldía de Iribarren y a las comunidades para su conservación.

Además, sugieren que los árboles de neem, o se poden debidamente o se sustituyan por especies endémicas que no dañen la arquitectura urbana.
Alessandra Rangel indicó que la elaboración de este censo fue sugerencia del Consejo
Consultivo de la Ciudad de Barquisimeto, en su preocupación por el aumento de las temperaturas que han superado los 35 grados centígrados.
Recalcando que las ciudades están obligadas a cumplir con la recomendación de la ONU, que señala que debe haber al menos 10 metros cuadrados de áreas verdes por persona. Y un árbol por cada tres habitantes para mitigar los efectos del cambio climático y preservar los ecosistemas. Una medida que no cumple la ciudad de Barquisimeto, donde se considera que hay un déficit de áreas verdes.