El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo antecedido por las cataratas, este enemigo silente de la vista no se muestra hasta que está en una etapa avanzada. El médico cirujano oftalmólogo, David Torres, advierte que la visión que se pierde por glaucoma no se recupera.
Esta enfermedad del nervio óptico es causada por el aumento de la presión dentro del ojo, lo que ocasiona que el nervio comience a dañarse llevando a una pérdida de la visión. Se le llama el «enemigo silencioso», porque la persona no se da cuenta y la mayoría de las veces no duele. El paciente puede sentir que de repente ve más oscuro.
Torres explica que para desarrollar la enfermedad no es necesario tener alguna condición visual. Quien lo llega a padecer va perdiendo en principio la visión periférica y por último la central. Por eso, la persona que pueda estar sufriendo los sintomas no se da cuenta porque esto no causa dolor. La OMS estima que la mitad de las personas desconocen que tienen glaucoma.

El glaucoma no tiene cura
Aunque no existe una cura para esta enfermedad, sí se pueden aplicar tratamientos para retardar el desarrollo de la patología, como gotas para los ojos, tratamiento láser y cirugía.
Especialistas explican que entre los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad está tener familiares directos con glaucoma; es decir, mamá o papá, tener la presión ocular por encima de 10 y por debajo de 20 mm Hg. o ser diabético. Dependiendo del caso se realiza la OCT o Tomografía de Coherencia Óptica, con la cual se puede predecir con cinco años de antelación la aparición del glaucoma.
Torres dice que es necesario asistir a consulta oftalmológica una vez al año desde los siete años de edad para evitar cualquier complicación visual.
